CANCIÓN LXXXIX "Cuidados y descuidos"

Anochece y los faroles
en las casas se preparan
para ver la luna clara
esta noche en los crisoles
de los hornos de las lágrimas
que ilumina la luz trágica
de una historia interminable.
El jardín desprende aromas
de los sueños compartidos
pero yo los he perdido
y la soledad me toma
como pareja de baile
sin que me guste bailar;
que yo sólo quiero hablar,
y la soledad no sabe.
Es entonces cuando miro
esas casas de colores,
con sus velas y sus flores
y se me escapa un suspiro
cuando veo a alguna gente
de un teléfono pendiente
viéndolo todo normal,
mientras su pareja espera
la emoción que no acelera
pues no ha visto nada igual.
Giro para abrir la puerta
y se escapa otro suspiro
que de soledad respiro
en la cocina desierta
y apoyo las manos fuertes
maldiciendo esta cruel suerte,
que daría lo que fuera
para que al final supieras
que me muero por tenerte,
conversar de cualquier cosa,
escuchar tu voz hermosa
y aprender algo de ti
para así poder cuidarte,
lo que hacer por no fallarte
y quedarte junto a mí.