Las luces de morfina no alumbraban
amaneceres nuevos ni esperanzas futuras.
Descansa, que te lo has ganado a pulso
antes de saludar a los abuelos.
Se acabaron las lágrimas inútiles
como las que de niño derramaba
al guardar el Belén de Navidad.
Quizá sea un escudo
saber que volverás con un nombre diferente
pero con la misma esencia irrepetible,
y no lo digo ahora, que todos hablan bien;
esto es un pensamiento universal
más allá de verdades objetivas inciertas.
Duerme lo necesario y alza el vuelo,
que te esperan con los brazos abiertos.
Alcanzaste la meta de un recuerdo imborrable
y las huellas profundas no se olvidan.
No sé olvida y en el próximo Belén, habrá una estrella más. Descansa en paz, que te lo has ganado, le plantaste cara al dolor con una fortaleza increíble. Y eso dice mucho de ti.